miércoles, 17 de septiembre de 2014

“Emociones y Crecimiento”


Os presentamos información sobre una serie de tres talleres que vamos a convocar para los viernes 17, 24 y 31 de Octubre.
 El objetivo principal es trabajar la educación emocional de los niños, y queremos hacer algo que sea a la vez divertido y enriquecedor para ellos.
A lo largo del taller también habrá espacio para la actividad física ya sea con yoga infantil, Brain-Gym, o simplemente con juegos de movimiento.
Haremos dos grupos uno de menores de 7-8 años que será entre las 17 y 19 horas y otro de mayores. que será de 19 a 21.
Talleres de desarrollo integral a través del juego, el movimiento, la creatividad y las emociones.

              

“Jugando desarrollamos las capacidades de los niños y conocemos mejor sus necesidades”.

El tener un espacio para ser espontáneos, nos permite conocernos y crear una identidad sana y equilibrada. Desde la cual tenemos acceso al enorme potencial que todos albergamos en nuestro interior. En un mundo en constante cambio el saber quiénes somos nos ayuda a movernos en él con optimismo y vitalidad.

La infancia es una etapa excepcional. En ella se desarrolla un mundo de emociones, sentimientos e ilusiones que marcará el futuro de la persona. Nosotros creemos y defendemos que la mejor manera de acceder a este enorme potencial es a través del juego, el movimiento corporal, la atención y la creatividad. De esta manera, proponemos un espacio sin exigencias ni juicios, basado en la espontaneidad, la inteligencia emocional, la autonomía, los valores, la aceptación, la confianza y las relaciones sanas entre iguales.
 
 

Qué ofrecemos:
§  Un espacio para que los niños puedan conocerse y madurar, integrando cuerpo, mente y emociones.
§  Desarrollar de forma divertida y adaptada a cada niño capacidades tanto individuales como sociales  que les sirvan para los estudios, el deporte,  la vida familiar etc.
§  Información a los padres para que puedan conocer mejor las habilidades de sus hijos.

Qué trabajamos:
·         Atención
·         Seguridad
·         Equilibrio, serenidad
·         Destrezas manuales y sensoriales
·         Curiosidad y creatividad
·         Habilidades adaptativas
·         Habilidades sociales
·         Inteligencia emocional
·         Resiliencia (capacidad de superación)
·         Autonomía
 
 
 

Quiénes Somos
§  Marta Lázare Diplomada en Educación Infantil. Master en Atención Temprana. Prevención, diagnóstico y tratamiento. Formación en pedagogía teatral. 
§  Marta Hermida: Psicóloga. Formada en Análisis Transaccional, Psicología Energética, Mindfulness y Crecimiento Personal.
§  Juan Carlos Miguel: Osteópata. Formado en Método Tomatis. Profesional  en técnicas corporales. En formación en Terapia de Movimientos Rítmicos.
 
 
 
Centro Isué c/ Mº Castaña nº2 Entresuelo I
982 252829 o 607341871 Llamar preferiblemente miércoles o jueves por las tardes o  dejar recado en el contestador
§  Precio 15 euros por taller (10 euros para clientes de Isué)
 
 

 

 

viernes, 12 de septiembre de 2014

El Apego en la infancia: crecimiento y regulación

         Los seres humanos somos unas criaturas muy complejas que con el paso de los años hemos alcanzado un nivel de desarrollo mucho mayor que el resto de las especies que conviven con nosotros en nuestro planeta. Es muy amplia la paleta de emociones que podemos llegar a experimentar y las habilidades que desarrollamos y adquirimos a lo largo de nuestra vida. Pero como todo, el aprender a controlarlas, superar nuestros propios límites y construir nuestro carácter y personalidad lleva su tiempo, tiene su proceso y depende en gran medida del ambiente con el que hayamos convivido en nuestra propia infancia y el tipo de relaciones que hayamos construído en esta etapa. Entonces, ¿se asientan las bases de nuestro carácter en la primera infancia?, ¿cómo se desencadena el aprendizaje de los niños y las niñas?, ¿de qué manera consiguen los padres integrar en sus hijos e hijas distintas enseñanzas? La respuesta es mediante el APEGO SEGURO entre ellos.
      Es una realidad que los bebés humanos, al contrario que otros seres vivos, nacen con una gran inmadurez y su supervivencia depende completamente de sus padres o aquellas personas que vayan a ser sus principales figuras de referencia. Vienen al mundo, por tanto, con el cerebro sin terminar de desarrollarse y con una necesidad biológica de establecer con los padres un vínculo a través del cual se satisfagan todas sus necesidades, que en un primer momento serán de alimentación, descanso, regulación interna y contacto y que irán evolucionando a medida que los niños y niñas vayan creciendo, lo que supondrá la maduración de su cerebro y organismo. La persona que elaboró esta teoría, que a día de hoy es totalmente aceptada por la comunidad científica y educativa fue el psicoanalísta ingles John Bowlby, quien debido a su trabajo en distintas instituciones con niños "problemáticos" que habían sido separados de sus familiares y ,en particular, de su figura materna y a distintos estudios llevados a cabo acerca del impacto de la pérdida y el sufrimiento en niños que habían sido separados de sus principales cuidadores a una edad muy temprana, desarrolló la teoría de la necesidad establecida por la propia genética que tienen todos los niños y niñas de apegarse a sus padres, y estableció que, dependiendo de cómo se cubra esa necesidad, puede afectar positiva o negativamente al desarrollo posterior.


         Los niños y niñas, por tanto, necesitan estar conectados con sus padres y crear un vínculo con ellos para poder continuar creciendo y madurando de forma adecuada. Entonces, ¿cómo se crea este vínculo? comienza a crearse durante la etapa del embarazo, momento en el que los padres, y en especial la madres, experimentan los cambios propios de la gestación y se unen emocionalmente a su hijo, quien puede percibir claramente las emociones que experimente su progenitora, así como su olor, el sonido de su voz u otras percepciones , recuerdos que los pequeños y las pequeñas atesorarán en sus mentes y que influirán en el crecimiento de éstas (sobre todo en las conexiones neuronales que vaya a desarrollar el cerebro). En el caso de los padres , el vivir experiencias tales como sentir los cambios posturales del bebé o sus golpes a través del vientre maternos, el conocer sus rasgos gracias a las nuevas tecnologías o su sexo provoca que, poco a poco, vayan conociendo a su hijo o hija y elaboren su nexo con él o ella. A veces puede ocurrir que los papás y las mamás, debido a sus propias experiencias relacionales de la infancia o sus situaciones actuales, sientan a la criatura como algo ajeno. Este sentimiento puede provocar en ellos una gran confusión y ansiedad ante una nueva realidad que no consiguen aceptar. En caso de que esto ocurra, se debe intentar mantener la calma pues la construcción del vínculo con los hijos e hijas y la aceptación de nuestros sentimientos es algo que podemos trabajar a través del campo de la Psicología.
         Una vez que el bebé o la bebé sale del vientre materno y los padres por fin pueden contemplar y tener en sus brazos a su hijos o hija, se crea un nuevo contexto familiar en el que el vínculo se transforma en un sentimiento más fuerte: el pequeño o la pequeña ya es una realidad y lo pueden sentir como algo propio. A partir de este momento, los papás y las mamás, fruto de ese sentimiento al que llamamos APEGO, comienzan a trasmitir una serie de aprendizajes estructurados de forma consciente e inconscientemente a través de las caricias, los juegos motrices y verbales, la atención focal que en todo momento dirigen hacia los bebés, los cuidados, los abrazos, etcétera. Todo ello influye en el desarrollo de sus habilidades cognitivas y psicomotrices pero, sobre todo, al desarrollo socioemocional de los niñas y niñas, puesto que desde el nacimiento hasta los tres años es el hemisferio derecho del cerebro (éste está formados por dos hemisferios: el izquierdo, lógico y racional, y el derecho, emocional, autobiográfico e intuitivo) el predominante, lo que significa que los pequeños y pequeñas necesitan disponer de una base emocional estable que les aporte seguridad y protección a partir de la cual ellos puedan ir y venir cuando lo necesiten, lo que sin duda repercutirá positivamente en el crecimiento de sus habilidades cognitivas y motrices al permitirles experimentar con su entorno y los elementos que lo conforman.


        El APEGO es, por tanto, un sistema adaptativo de regulación interno básico transmitido de padres y madres a hijos e hijas, especialmente por parte de las madres, que se elabora a través de un determinado proceso relacional y una serie de conductas afectuosas y cariñosas que no solo ayudan en un primer momento a sobrevivir a las criaturas, sino que crea unos cimientos y les enseña a regular sus emociones y sensaciones internas, les motiva a adquirir y a integrar nuevos aprendizajes, tanto en el presente como en el futuro, a través de las experiencias  lúdicas elaboradas por ellos mismos y por los papás y las mamás, les da el "empujoncito" necesario para ser valientes, enfrentarse al mundo y explorarlo y ayuda en la construcción de su identidad y personalidad, así como en la elaboración de una buena autoestima y en la gestión de sus relaciones presentes y futuras. El elaborar un apego seguro con los hijos e hijas no implica ningún acto extraordinario por parte de los padres y las madres, ni significa que éstos tengan que estar cada dos por tres discurriendo actividades especiales;sino que basta con estar al lado de los niños, ser empáticos a sus preocupaciones y emociones para ayudarles tranquilizarse y superar la dificultad, apoyarles y protegerles en los momentos en los que ellos o ellas lo demanden sin caer en la sobreprotección, algo que a la larga perjudica gravemente el desarrollo de su autonomía, respetar su ritmo de aprendizaje y sus gustos, darles amor y cariño y una educación coherente que les ayude a construir su identidad, les enseñe a manejar sus emociones y a entender las de los demás y a crecer como personas independientes con valores éticos capaces de afrontar y superar los retos de la vida.